martes, 20 de noviembre de 2012

El Motor de Concordancia


¿Sabes qué? Hace mucho que no hablaba sin hacer uso del "yo lírico". Ya sabes, sin usar mi voz como la de un narrador que intenta sonar a Borges, o a Cortázar, o incluso a Neil Gaiman. Es un alivio quitarse esa carga de encima. Ya me conoces (creo), a pesar del seudónimo gracioso y barroco. Y aquí estoy, escribiendo como lo hacía antes, sin las ataduras de intentar narrar nada. 

Si sólo pudieras ver lo que yo veo... Desde aquí hay unas vistas preciosas. Tras un tiempo esperándolo, por fin gozo de semi-independencia. Las noches cortas, las mañanas con prisa, las tardes tranquilas, todo. Podría levantarme pronto para coger el metro y llegar con tiempo, pero no tengo malditas ganas. ¿Qué gracia tiene no correr un poco? Cuando llegas sofocado a clase te gusta pensar que en realidad eres el hombre araña y has llegado tarde porque estabas luchando contra un villano, y esos pobres ilusos compañeros de clase no se huelen nada. 

Y tu casa, tu verdadera casa, como se echa de menos. Esa cama infinitamente más cómoda que parece gigante, tu familia, amigos y novia, tu chihuahua saludándote al llegar. Pero de lunes a viernes es un universo extraño. Pensé en eso de los universo antes de quedarme dormido en lingüística (sí, tus clases son soporíferas, profe gordinflas). Si existe el cielo y el infierno, pero a su vez existen múltiples realidades paralelas, ¿hay múltiples cielos? Dios es omnipotente y omnipresente, no puede partirse en universos, ni él, ni su reino, supongo. Entonces, si en éste universo eres un santo y en otro eres un horrible asesino (debido a factores mínimos que cambian tu destino a pasos agigantados), ¿vas al cielo o al infierno? ¿Y por qué cuando me quedo dormido en el viaje de vuelta en autobús veo pájaros diminutos en mi mochila?

Hay cosas que no tienen explicación. Y me temo que me estoy quedando bloqueado otra vez y mi atención se está perdiendo por momentos, un grupo de señores rumanos muy grande están aquí viendo el partido con especial énfasis. ¡Eso me recuerda a algo! El otro día le pregunté a mi compañero qué tal el partido. Realmente no me interesa el fútbol, pero era por sacarle un tema. Me dijo que fue un partido de infarto. Y me di cuenta de que me gustaba esa expresión. "De infarto". O si lo prefieres "de alto voltaje". Esa última me gusta incluso más. Te ha pasado algo tan espectacular que casi te da un calambrazo asesino de forma espontánea. Bueno, me están enervando mis propias reflexiones, ésto es todo por hoy. Ha sido agradable hablar conmigo.