domingo, 30 de septiembre de 2012

Psico-burbuja

Ese edificio viejo y con impactos de bala es un lugar al que es fácil coger cariño. La facultad de filología parecía haberla hecho David Lynch. Esas paredes rojas, o verdes chillonas, esas luces de motel, esas ventanas que no cambian desde los años 40. 

Escaleras viejas que da gusto subir (sus ojos son como escaleras), y una planta baja con unos microondas que parece que se han teletransportado desde otro sitio. Teletransporte de objetos aleatorios, no les importa mucho estar allí, a esos microondas, al lado de montones de panfletos de publicidad, y la máquina de refrescos, que con su brazo mecánico te coge una Coca-Cola y la extrae por un tubo retro-futurista. Al lado, la librería, con grandes obras de Nietzsche, o Chesterton, o muchos más, y libros de idiomas, y pequeñas joyas. Me da vergüenza preguntar por el señor King. ¡No has venido a la universidad para leer "La Zona Muerta", muchacho! Entre entendidos de literatura siempre tienes que fingir que no te gusta King, pero lo cierto es que tiene un apellido muy acertado. 

Hay una plaga, una gran plaga de inspiración y cultura, y nuevas gentes, compañeros y personillas odiosas ya en el primer día. Tantas cosas en un solo día de trabajo. No puedes fingir que no te gusta estar allí. Llegas para quedarte, con uñas y dientes. 

Y sus ojos son como escaleras aún. 

Introducción al odio irracional moderno

Creo que cada uno de nosotros tenemos un pequeño panteón de gente odiosa en nuestras pequeñas cabezas. En el mío hay alguien nuevo, por encima incluso de los policías de Madrid y el tipo al que se le ocurrió hacer "Los Inmortales II": la espantosa fuerza de la naturaleza que en el último momento me ha dejado tirado en la horrible ciudad sin lugar donde quedarme. 

No es cuestión de andar cabreado todo el rato, puede que sea divertido, o puede que sea un infierno. 

Estoy en Madrid, sin piso, sin alojamiento, viviendo en una jungla de facultades y edificios tiroteados. Y estoy muy cabreado. Y a la vez más feliz que nunca.

Va a ser interesante. 

Bienvenido.

Hijos de puta todos.

Os mataré lentamente.